ENTRADA FINAL DEL CURSO
- La historia económica, en un periodo de transformaciones como la Edad Moderna, es básica para entender la historia de esa época y la economía desarrollada en nuestro tiempo. Fue entonces cuando la industria, hoy tan presente en nuestra sociedad, y la disminución de agricultura y ganadería comienzan a ser factores determinantes que evolucionaran poco a poco y darán lugar a la Edad Contemporánea y su correspondiente economía, aquella basada en los sectores secundario y servicios como piezas clave.
Dentro de ese marco tan fundamental para nosotros, estudiantes de la historia, es decir, de lo acaecido en el pasado, debemos insertar esta asignatura, una clase manejada de dos formas bien diferenciadas que desde mi punto de vista no ha cubierto todas las expectativas que me había marcado a principio de curso.
En los primeros días del mismo hicimos una pequeña introducción tratando la definición de historia económica a lo largo de los siglos y los distintos sistemas que se crean dentro de ella en la Edad Moderna, desde la herencia económica medieval hasta el liberalismo creado por Adam Smith en el siglo XVIII, pasando por el mercantilismo y la fisiocracia. Para tratar todo esto echamos mano de historiadores o economistas muy importantes que desarrollaron distintas teorías al respecto como Wallerstein o Schumpeter. Tras esto vimos el nacimiento y desarrollo de la historia económica atendiendo a las distintas corrientes creadas desde el siglo XIX hasta nuestros días, como la segunda generación de los Annales, la Cliometría americana, el marxismo británico o la historia antropológica y no económica nacida en los años 70 y 80, con autores muy importantes al frente como Braudel, Brennel o Dobb.
En las semanas siguientes tratamos los pensamientos económicos de la época bajomedieval y en la Edad Moderna, prestando especial atención a los autores presentes en aquellas etapas como Nicolás de Oresme, para después hablar de uno de los sistemas más importantes de la Edad Moderna, sino el fundamental, el Mercantilismo económico. Este sistema estaba basado en la acumulación de metales preciosos, ya sea plata y oro, como principal riqueza del Estado. Nosotros vimos en clase sus características y las consecuencias y problemas que se dieron. Dividimos este tema en dos grandes apartados que nos permitieron abarcar todo tipo de materias, incluso el desarrollo que se produce en cada uno de los principales países de la Modernidad, como España, Gran Bretaña, Países Bajos o Francia.
Después de dejar atrás el mercantilismo nos centramos en la fisiocracia, un sistema económica que nace en el siglo XVIII basado en la riqueza de la tierra, es decir de la agricultura frente al resto de actividades económicas. Al igual que con el mercantilismo vimos todas sus consecuencias y problemas para los estados de la Edad Moderna. Asimismo hicimos especial hincapié en la rotación de los cultivos y en el comportamiento de la agricultura tradicional de aquella época.
Por último, vimos todo aquello relacionado con la industria creciente de esta nueva etapa. Cobra espacial importancia debido a que su desarrollo y los consiguientes desarrollos tecnológicos fueron los que permitieron la Revolución Industrial del siglo XIX, o como más bien el proceso gradual de mejora industrial que permitió el crecimiento del sector secundario rante al primario en la Edad Contemporáneo. Dentro del tema desarrollamos instituciones como el Domestic System, los gremios y las fábricas dentro de España, Inglaterra o los Países Bajos. Además, también observamos la producción de los siglos XVI, XVII y XVIII, viendo ejemplos como las ferias ya creadas en la época del medievo o las letras de cambio, tan necesarias para el empresario y prestamista.
En cuanto a los tres últimos temas, el comercio en la Edad Moderna, la Banca y los Precios en los siglos XVI y XVII y Hacienda, Finanzas y Revolución financiera debido al escaso tiempo de duración de la asignatura, solo un cuatrimestre, nos fue imposible desarrollarlos. Sin embargo, varios grupos tratan estos temas en su trabajo final y gracias a ello todos nosotros tendremos una nación básica de lo acontecido respecto a banca, comercio, financiación y precios en la Edad Moderna.
- La historia económica, en un periodo de transformaciones como la Edad Moderna, es básica para entender la historia de esa época y la economía desarrollada en nuestro tiempo. Fue entonces cuando la industria, hoy tan presente en nuestra sociedad, y la disminución de agricultura y ganadería comienzan a ser factores determinantes que evolucionaran poco a poco y darán lugar a la Edad Contemporánea y su correspondiente economía, aquella basada en los sectores secundario y servicios como piezas clave.
Dentro de ese marco tan fundamental para nosotros, estudiantes de la historia, es decir, de lo acaecido en el pasado, debemos insertar esta asignatura, una clase manejada de dos formas bien diferenciadas que desde mi punto de vista no ha cubierto todas las expectativas que me había marcado a principio de curso.
En los primeros días del mismo hicimos una pequeña introducción tratando la definición de historia económica a lo largo de los siglos y los distintos sistemas que se crean dentro de ella en la Edad Moderna, desde la herencia económica medieval hasta el liberalismo creado por Adam Smith en el siglo XVIII, pasando por el mercantilismo y la fisiocracia. Para tratar todo esto echamos mano de historiadores o economistas muy importantes que desarrollaron distintas teorías al respecto como Wallerstein o Schumpeter. Tras esto vimos el nacimiento y desarrollo de la historia económica atendiendo a las distintas corrientes creadas desde el siglo XIX hasta nuestros días, como la segunda generación de los Annales, la Cliometría americana, el marxismo británico o la historia antropológica y no económica nacida en los años 70 y 80, con autores muy importantes al frente como Braudel, Brennel o Dobb.
En las semanas siguientes tratamos los pensamientos económicos de la época bajomedieval y en la Edad Moderna, prestando especial atención a los autores presentes en aquellas etapas como Nicolás de Oresme, para después hablar de uno de los sistemas más importantes de la Edad Moderna, sino el fundamental, el Mercantilismo económico. Este sistema estaba basado en la acumulación de metales preciosos, ya sea plata y oro, como principal riqueza del Estado. Nosotros vimos en clase sus características y las consecuencias y problemas que se dieron. Dividimos este tema en dos grandes apartados que nos permitieron abarcar todo tipo de materias, incluso el desarrollo que se produce en cada uno de los principales países de la Modernidad, como España, Gran Bretaña, Países Bajos o Francia.
Después de dejar atrás el mercantilismo nos centramos en la fisiocracia, un sistema económica que nace en el siglo XVIII basado en la riqueza de la tierra, es decir de la agricultura frente al resto de actividades económicas. Al igual que con el mercantilismo vimos todas sus consecuencias y problemas para los estados de la Edad Moderna. Asimismo hicimos especial hincapié en la rotación de los cultivos y en el comportamiento de la agricultura tradicional de aquella época.
Por último, vimos todo aquello relacionado con la industria creciente de esta nueva etapa. Cobra espacial importancia debido a que su desarrollo y los consiguientes desarrollos tecnológicos fueron los que permitieron la Revolución Industrial del siglo XIX, o como más bien el proceso gradual de mejora industrial que permitió el crecimiento del sector secundario rante al primario en la Edad Contemporáneo. Dentro del tema desarrollamos instituciones como el Domestic System, los gremios y las fábricas dentro de España, Inglaterra o los Países Bajos. Además, también observamos la producción de los siglos XVI, XVII y XVIII, viendo ejemplos como las ferias ya creadas en la época del medievo o las letras de cambio, tan necesarias para el empresario y prestamista.
En cuanto a los tres últimos temas, el comercio en la Edad Moderna, la Banca y los Precios en los siglos XVI y XVII y Hacienda, Finanzas y Revolución financiera debido al escaso tiempo de duración de la asignatura, solo un cuatrimestre, nos fue imposible desarrollarlos. Sin embargo, varios grupos tratan estos temas en su trabajo final y gracias a ello todos nosotros tendremos una nación básica de lo acontecido respecto a banca, comercio, financiación y precios en la Edad Moderna.
En conclusión, como ya hemos comentado anteriormente la materia de historia económica es fundamental a la hora de entender de una forma global la Edad Moderna y la transformación que se produce hasta nuestro tiempo, que da lugar a una economía que ahora mismo utilizamos. Por ello la asignatura de historia económica en la Edad Moderna cobra especial importancia para todos los historiadores y su contenido durante estos cuatro meses ha sido el correcto aunque no completo.
En un segundo punto comentaré el sistema de evaluación seguido por el profesor y el pensamiento final que tengo sobre la historia económica en la Edad Moderna:
Cierto es que los temas fundamentales a tratar dentro del marco histórico si eran buenos y bien definidos. Al igual que el ritmo de las clases, basado en la explicación de los contenidos y la interlocución de alumnos y profesor a la hora de debatir ciertos temas o dudas que surgían, y la novedosa idea de la creación de un blog que nos permite seguir repasando esos contenidos de forma habitual.
Sin embargo todos los componentes dispuestos por el profesor a la hora de dividir la evaluación en dos me parecen erróneos. En primer lugar cabe la pena decir que la elaboración de un trabajo que te exime de examen tiene muchos problemas, sobre todo a la hora de dar importancia a las clases y a sus contenidos, ya que quedan en un segundo plano porque el alumno está más interesado en cumplimentar aquello que hace referencia al trabajo final y no tanto en los materiales que podrían ser evaluados en un futuro en un examen. En este punto entra el blog, una página donde semanalmente por rotación los alumnos van colgando los contenidos de clase, poniendo críticas a cada una de las materias, añadiendo información, etc… Este centro reinformación es bastante buena para el alumno que va a examinarse en febrero porque le permite seguir la asignatura de forma fácil a través de internet, pero eso también supone un problema ya que el alumnado puede faltar a clase y no entender del todo la asignatura al no participar en debates o dudas planteadas en clase. Para el alumno que ha elegido la fórmula de trabajo final la elaboración de este blog es amena pero al igual que los anteriores les exime de faltar a clase durante la semana que no sean los observadores, con lo que el seguimiento de la asignatura también se convierte en temporal o intermitente.
A esto se le une los problemas que pueden surgir que la elaboración de un trabajo grupal, veasé por falta de tiempo de sus componentes, por el reparto de trabajo equitativo entre unos y otros, por el individualismo que crea cada uno de los apartados en que se divide el trabajo, etc…
Finalmente decir que, sin embargo, la originalidad de crear dos modelos diferentes a la hora de evaluar al alumno ha sido una gran idea y si se consiguiera potenciar aspectos como el desarrollo del blog, un mayor interés por los contenidos de la asignatura y la participación global de todos los alumnos en el trabajo de forma equitativa supondrá hará posible que la idea de evaluación continua sea correcta y mucho más utilizada por el resto de asignaturas de la carrera, algo muy necesario debido al poco interés de muchos profesores por los contenidos que imparten a los alumnos.
Todos estos problemas para mi parecer han formado un selecto grupo de trabas que no han permitido a los alumnos disfrutar todo lo que quisieran de una materia tan importante como la historia económica en la Edad Moderna.
Elaborado por Jorge García.
En un segundo punto comentaré el sistema de evaluación seguido por el profesor y el pensamiento final que tengo sobre la historia económica en la Edad Moderna:
Cierto es que los temas fundamentales a tratar dentro del marco histórico si eran buenos y bien definidos. Al igual que el ritmo de las clases, basado en la explicación de los contenidos y la interlocución de alumnos y profesor a la hora de debatir ciertos temas o dudas que surgían, y la novedosa idea de la creación de un blog que nos permite seguir repasando esos contenidos de forma habitual.
Sin embargo todos los componentes dispuestos por el profesor a la hora de dividir la evaluación en dos me parecen erróneos. En primer lugar cabe la pena decir que la elaboración de un trabajo que te exime de examen tiene muchos problemas, sobre todo a la hora de dar importancia a las clases y a sus contenidos, ya que quedan en un segundo plano porque el alumno está más interesado en cumplimentar aquello que hace referencia al trabajo final y no tanto en los materiales que podrían ser evaluados en un futuro en un examen. En este punto entra el blog, una página donde semanalmente por rotación los alumnos van colgando los contenidos de clase, poniendo críticas a cada una de las materias, añadiendo información, etc… Este centro reinformación es bastante buena para el alumno que va a examinarse en febrero porque le permite seguir la asignatura de forma fácil a través de internet, pero eso también supone un problema ya que el alumnado puede faltar a clase y no entender del todo la asignatura al no participar en debates o dudas planteadas en clase. Para el alumno que ha elegido la fórmula de trabajo final la elaboración de este blog es amena pero al igual que los anteriores les exime de faltar a clase durante la semana que no sean los observadores, con lo que el seguimiento de la asignatura también se convierte en temporal o intermitente.
A esto se le une los problemas que pueden surgir que la elaboración de un trabajo grupal, veasé por falta de tiempo de sus componentes, por el reparto de trabajo equitativo entre unos y otros, por el individualismo que crea cada uno de los apartados en que se divide el trabajo, etc…
Finalmente decir que, sin embargo, la originalidad de crear dos modelos diferentes a la hora de evaluar al alumno ha sido una gran idea y si se consiguiera potenciar aspectos como el desarrollo del blog, un mayor interés por los contenidos de la asignatura y la participación global de todos los alumnos en el trabajo de forma equitativa supondrá hará posible que la idea de evaluación continua sea correcta y mucho más utilizada por el resto de asignaturas de la carrera, algo muy necesario debido al poco interés de muchos profesores por los contenidos que imparten a los alumnos.
Todos estos problemas para mi parecer han formado un selecto grupo de trabas que no han permitido a los alumnos disfrutar todo lo que quisieran de una materia tan importante como la historia económica en la Edad Moderna.
Elaborado por Jorge García.